Atracar es asaltar con el propósito de robar. Hoy por hoy se
está convirtiendo en una actividad, mediante la cual muchas personas se están
ganando la vida.
El desempleo, los bajos salarios, las alzas desconsideradas
de los precios de los artículos de primera necesidad, los precarios servicios
de salud y otras carencias básicas, están llevando a considerar el asalto
como una forma de mejorar el ingreso.
Aún las autoridades represivas, al tratar de enfrentar esta
penosa situación, se han encontrado enfrentando a sus propios miembros,
ejerciendo este delito. Sin estudios, armados y con escasos salarios, no pueden
cubrir sus más perentorias necesidades. Ven el atraco como la opción para
llevar el pan a sus casas.
Muchos, con poca escuela, salidos de familias desintegradas, sin
ingresos apropiados, apelan al instinto de conservación, recurren al atraco,
como medio de sustento, muchas veces con resultados trágicos.
No estamos alentando al atraco, pero sí llamar poderosamente la
atención al gobierno, para que de manera inmediata se sirva a generar medios de
trabajo o actividades, mediante las cuales se pueda vivir dignamente.
Ramón Vida espera que este clamor no caiga en el vacío.
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