viernes, 15 de marzo de 2013

Una Historia Que Toca El Corazón y Con Una Moraleja


Un médico entró de prisa al hospital, al haber sido llamado para una urgencia. Respondió la llamada, se cambió la ropa y se dirigió directamente a la sala de cirugía.
En el camino se encontró al padre del niño esperándolo impaciéntemente en el pasillo.
Al verlo, le grito: "¿Porqué se dilató tanto para venir? No sabe que la vida de mi hijo está en peligro? ¿No tiene usted ningún sentido de responsabilidad?"
El médico sonrió y dijo: "Lo siento, no estaba en el hospital y vine tan pronto como pude, al recibir la llamada. Ahora deseo que se calme, para yo hacer mi trabajo".
"¿Que me calme? ¿Qué sería si fuera su hijo que estuviera en esa habitación? ¿Se calmaría usted?", dijo el padre enojado.
De nuevo sonrió el médico y replicó: "Le diré lo que Job dijo en la biblia, del polvo venimos y al polvo volvemos, sé bendecido en el nombre de Dios. Los médicos no pueden prolongar vidas. Ve e intercede por su hijo; nosotros haremos lo mejor que podamos en el nombre del Señor.
"Es fácil dar consejo, cuando no tienes el problema", murmuró el padre.
La cirugía tomó algunas horas, tras la cual el médico salió feliz. "¡Gracias a Dios, su hijo se ha salvado!"
Sin esperar respuesta del padre, y corriendo le dijo: "¡Si tienes alguna pregunta, hágasela a la enfermera!"
"¿Porqué será tan arrogante? No pudo esperar unos minutos para preguntarle por el estado de mi hijo", comentó el padre al ver a la enfermera, luego de irse el médico.
La enfermera contestó, con lágrimas en los ojos: "Su hijo falleció ayer en un accidente de tránsito. El estaba en la funeraria, cuando lo llamamos para operar a su hijo. Ya que ha salvado la vida de su hijo, regresa a la funeraria, para concluir con el entierro de su hijo.
MORALEJA: Jamás juzgue a nadie ... porque no sabes cuál es su situación ni por lo que está pasando.

Shaila Rayaraddi

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