Recuerdo estar esperando ver si alguien lo notaba!!!
Sin embargo, aunque mi padre lo notó, alcanzó un bizcocho, sonrió a mi madre y me preguntó cómo me había ido en la escuela.
No recuerdo lo que le contesté, pero sí recuerdo verlo untándole mantequilla y mermelada al bizcocho y comérselo todo.
Cuando me levanté de la mesa esa noche, recuerdo haber oído a mi madre pedir disculpas a mi padre por los bizcochos quemados.
Nunca voy a olvidar lo que él dijo:
"Cariño, me encantan los bizcochos quemados".
"Cariño, me encantan los bizcochos quemados".
Más tarde esa noche, fui a dar el beso de buenas noches a mi padre y le pregunté si a él le gustaban los bizcochos quemados.
Él me abrazó y dijo: "Tu mamá tuvo un día muy duro en el trabajo, está muy cansada y además, un bizcocho un poco quemado no le hace daño a nadie"
La vida está llena de cosas imperfectas y gente imperfecta. Lo que he aprendido con los años, es que aprender a aceptar los defectos de cada uno de nosotros y crear una relación sana y duradera, donde un bizcocho quemado no va a romper un corazón. Podríamos extender esto a cualquier tipo de relación.
De hecho, la comprensión es la base de cualquier relación, ya sea esposo-esposa o padre-hijo o cualquier tipo de amistad!
Sé más amable de lo necesario, porque toda la gente que conocemos, en este momento está librando algún tipo de batalla...
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