Por: Ramón F Cuas J
Hay personas que no creen en los colores.
No creen que los colores que ven a su alrededor les hablan. Son incrédulos.
Cada partido político tiene un color. El
que está en el poder, por ejemplo, exhibe el morado en toda parte y por todo lo alto. Es de
admirar su deplorable honestidad. Cómo cumple lo que ofrece. Cómo perdemos
nuestra soberanía e independencia. Cómo se está vendiendo por parte nuestro
territorio, nuestras riquezas naturales. Cómo aumentan los robos, atracos,
desfalcos, enriquecimientos ilícitos, incapacidades, muertes, dolor, miseria, desalientos,
quiebra de los negocios, etc.
¿Sabes qué color usa un sacerdote,
cuando asiste a un moribundo? El morado; pues es el color del dolor, de la tragedia.
Es el color de la agonía, de la angustia, de la pena, desconsuelo, amargura y
tribulación.
¿Sabes qué color se usa en un velorio?
El morado; pues es el color de la muerte, del desastre, de la
desgracia, de la calamidad, de la pérdida, de la adversidad.
Por blanco que seas, ¿sabes de qué color
se pone donde te das un golpe fuerte? Pues morado. Es el color fiel del dolor y el
desorden. Talvez eso explique un poco el desastre y el desorden en la
administración pública. Talvez eso explique el caos con los robos y atracos en
las calles. Lo mejor de todo es que son honestos y nos lo advierten por todo lo
alto y en todas las calles, exhibiendo su flamante morado.
El huevo es blanco por excelencia.
También lo hay crema y hasta marrón. Pero si lo compras morado, botas tu dinero igual
que tu voto, si lo echas de ese color.
El blanco es el color del amor, de la
paz, tranquilidad, convivencia, bienestar, salud y esperanza.
A la hora de votar, recuerda que los
colores hablan y te advierten sobre lo que pierdes si te equivocas.
Eres libre para elegir entre blanco y
morado. Los colores hablan. Debes creerlo.
El Incrédulo No Va Al
Cielo
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