El enemigo se enseñorea
en nuestras vidas, cuando desviamos nuestra mirada de la gloria de Dios, para
honrar al hombre. Nada separa más al hombre de Dios como la ingratitud.
En vez de agradecer por
lo que ha hecho, nos quejamos por lo pensamos que no ha hecho. Necesitamos entender
su capacidad para superar ilimitadamente todo lo que podamos ver, esperar o pedir.
Cuando nos encontramos en
una situación difícil de superar, bueno es saber que Dios aún está a cargo.
Sabiendo que el diablo es
un mentiroso, siempre le oímos. Nos unimos a Satán, desoyendo la promesa de
Dios; el regalo de la salvación. Pero aún así, Dios está en control de nuestra
vida. Aún cuando cerramos la puerta de nuestros corazones y lo rechazamos.
Cuando
nos equivocamos, descubrimos que al final, no todos los caminos conducen al
mismo lugar. Los necios enorgullecen y persisten en sus faltas, mientras que
los sensatos se devuelven para tomar el camino correcto de la salvación y vida eterna
a través de Cristo.
Seamos
sensatos. Dios está en control de nuestra vida. Descansemos en El por nuestro
propio bien.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario