Cuando tus
seres
queridos se alejan de Dios
y vuelven al mundo,
no te aflijas, desanimes o te avergüences.
Con la armadura de Dios eleva tu voz en canto
reafirmando tu fe y poniéndolos en oración.
no te aflijas, desanimes o te avergüences.
Con la armadura de Dios eleva tu voz en canto
reafirmando tu fe y poniéndolos en oración.
Si tu familia se mueve
donde los ángeles no se atreven,
construye un cerco a
su alrededor con del poder de la Palabra de Dios.
Mantente firme en la fe; no te tuerzas
Mantente firme en la fe; no te tuerzas
No te preocupes ni te
angusties, simplemente ponlos en oración.
Cuando tus hijos se
vuelven rebeldes y actúan irresponsablemente,
torna tus ojos a
Jesús, tu pastor, guardián y guía.
Él oye tus gritos, tu
llamada.
Siempre está fielmente
a tu lado, caminando por el valle más profundo,
nadando en el mar más
profundo, subiendo la montaña más alta,
o simplemente sanando
las heridas en el camino.
No importa cuáles sean
las circunstancias que te acerque a Dios.
No hay tribulación que
no pueda ser quebrantada con la oración ferviente,
mirando, esperando,
confiando y creyendo que vendrá otra vez.
Cree en el poder de su
palabra y ponte en oración.
Jesús
es también el gran redentor de aquellos que apreciamos.
Él
conoce su dolor, la agonía de la duda, efectos paralizantes del terror.
Con
su amor y misericordia, reparará sus almas rotas
y les dará la
esperanza de vida eterna, si le pedimos en oración.
“Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo.
Y esto pido
en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo
conocimiento, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e
irreprensibles para el día de Cristo”
(Filipenses 1:8-10)
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