domingo, 6 de abril de 2014

¿No Puede Encontrar A Dios?

Por: Ramón Cuas.-
Todos los asientos estaban ocupados, cuando abordé el transporte para regresar a casa. Me tocó venir de pies. De repente se armó una tremenda discusión.
Resulta que una joven, biblia en mano, comenzó a predicar acerca de la necesidad de buscar a Dios para la vida eterna. Otro pasajero la encaró, afirmando que no puede creer en alguien que no se deja ver, ni sentir. Que no oye ni habla. Que lo ha buscado intensamente, sin poderle encontrar.
-"Como no lo puedo encontrar, no puedo creer en Él", sentenció el individuo.
Se armó una gran alboroto. Llovieron palabras, palabritas y palabrotas. Me mantuve tranquilo, callado. No acostumbro participar en discusiones de religión, política ni deporte en público. Suelen haber desenlaces trágicos.
Pero una señora que me observaba, me hizo una pregunta directa:
-"¿Y usted señor, está de acuerdo con el amigo, de que Dios no existe, porque no le puede hablar, ver, oír ni sentir?"
Se produjo un silencio sepulcral. Todas las miradas se centraron en este servidor. Hasta el alborotado cobrador guardó silencio, para escuchar lo que yo podía decir.
Con toda mi calma aseveré: -"Estoy de acuerdo con él. Le es difícil encontrar a Dios".
Me querían desaparecer. -"¿Cómo es posible?", preguntó uno.
-"¡El diablo se ha metido aquí!", aseguró otro. El conductor me ubicó por el retrovisor y me preguntó: -"¿Usted es ateo?"
-"No señor, no soy ateo", le respondí. "Soy cristiano, pero si este amigo no nace de nuevo, no podrá ver, oír, sentir, ni hablar con Dios. Por tus propios medios no es posible. El único camino para encontrar a Dios, es a través de Cristo. No hay otro. Dios es un Dios de vivos, no de muertos. Los muertos no pueden buscar, mucho menos encontrar a nadie. No pueden encontrar a Dios. Por eso no lo sienten, no le pueden hablar, ver, ni oír".
"Pero el amigo es afortunado. Dios es tan bueno, que en este momento le está dando la oportunidad para reflexionar y tomar el camino correcto, aceptando a Cristo como su Salvador. Entonces lo encontrará. Le podrá sentir, ver, hablar y oír. Más le vale aprovechar esta nueva oportunidad, para buscarle, pero a través de Cristo Jesús".
-"Bien", gritaron los pasajeros a una. -"Es verdad", apoyaron otros.
Se sintió un gran alivio en el transporte. No sé en qué terminó todo, porque llegué a mi parada y me desmonté.
Confío en que el Todopoderoso se apiade del amigo casual y lo conduzca a su redil.

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